Muchas veces nos condenamos nosotros mismos a cometer crímenes, por ejemplo a dar por hecho algo, di por hecho que te iba a tener el resto de mis días, otro abrazo para darte, otro día para perdonarte para por lómenos decir lo que sentí. Me fui con mi paso cansado subiendo la esa rampa al infierno que alguna vez fue el cielo, cuando llegue a la puerta mira hacia atrás , no me dijiste nada pero me habías mirado todo ese largo trayecto y me basto para comprender.
Doy por hecho que ya sabes todo lo que te he amado, también todo lo que hice por darte todo que tuve pero no alcanzo. También doy por hecho que me levantare por mi familia, mis amigos y las personas que vendrán, ellos nunca me dejaran de querer. Pero también aprendí que dar por hecho mata los detalles que hacen a todo prevalecer, esa planta que te regale había que cuidarla a diaria, para que pueda florecer. Siento que en la vida pasa lo mismo, dar por hecho es perder, dar por hecho es, sin dudas el peor crimen que se pueda cometer.
Tengo días que doy por hecho que fumo, como, tomo y lloro intentando anestesiar el dolor que trato de abrazar por las noches pero que tanto daño me hace, nunca logro mi objetivo porque siempre me sigue doliendo igual. Las anestesias me tapan pero no me curan, solo extienden un poco el pasar, porque cada paso cuesta más. No quiero alejarme de mi esencia, no quiero sentenciarme al mal estar, acudo a la naturaleza cuando estoy mal y me permito ciertos momentos para sanar levemente.
Sé que en el fondo tengo la convicción de que lo voy haciendo bien, la vida me puso acá por algo y mi alma se está forjando y necesita transitar esta incomodidad. Ya no me castigo, ya largué ese palo que tanto me daba en la espalda, suelto una lagrima cuando lo necesito para aliviarme y me permito estar mal.
Recuerden que todo pasa, solo es tiempo, nada más, apóyense en la familia y no se aíslen en la soledad. No se escapen de sus pensas ni tapen con sus vicios el dolor, larguen todo lo que no sirva para que esa carga sea más cómoda al caminar. El dolor es parte de la vida y les aseguro que enseña más que la felicidad.