Elementos de domingo, del living al cuarto, del cuarto al living creo yo que los domingos uno contiene multitudes de sentimientos que se generan más de lo normal. Prendo la tv de fondo para no estar en silencio pero solo me acuerdo de a ratos que esta, pongo un blues y me hago un café.

Una silla llena de ropa del día anterior, el baño con las toallas húmedas que me olvidé de colgar luego de una ducha, el pelo despeinado y el café se va enfriando poco a poco. Me acuesto en mi cama un poco desecha y siento en la almohada perfumes ajenos, se mezclaron en la noche nublada que se olvidaron a la siguiente mañana.

Es un poco de sensaciones en el estomago que solo se generan los domingos, domingos de presencias, ausencias, miedos, ansiedad de lo que esta por venir y de lo que no vendrá jamás. Agradezco de seguir poder escribiendo, sintiendo, escuchando y tocando a mi gato cosas tan simples que podían haber cambiado de un momento a otro como cambiaron muchísimas cosas en el pasado.

Llevo en mi teléfono algún que otro borrador de mensaje que no voy a enviar.

¿Porqué lo escribo?

No lo sé, tampoco sé porque escribo esto pero lo sigo escribiendo.

Soy valiente, por todo lo que vengo pasando, por compartir mis sentimientos y animarme a confesar a los que me leen.

Cada vez me convenzo mas que los domingo tienen algo tan auténtico, algo más humano que los otros 6 días de la semana. Es el día de sentir distinto, de entender que el tiempo vuela y la vida cambia constantemente sin parar. En el medio de esta secuencia de domingos caes a la realidad de que vos también cambiaste a pesar de sentirte el mismo, y al mirarte al espejo no lo podes negar.

Dejando lo superficial de lado, hablo de lo que escondemos atrás de nuestra sonrisa, de nuestros ojos, es in disimulable el cambio para quien sabe mirar.