Hoy me tocó pasar por una de las casas de mi infancia, mi cuadra, mis vecinos y hasta mi colectivo sigue pasando por esa calle. No les voy a mentir me dio un poco de impulso poder subir esas escaleras de vuelta y golpear esa puerta para ver quien me abría. Fue en parte como volver a un lugar donde fui feliz, un hogar que me trajo muchos recuerdos y así creo que se sentiría volver a besar los mismos labios otra vez.
Esa familiaridad tan difícil de describir, como una sensación de ya conocer cada rincón sin tener que ver o comprobar lo que esta ahí simplemente porque ya sabes lo que hay. Aunque todo cambió y nada (ni será) lo que fue. Los sentimientos ya no son los mismos, los cuerpos ya no vibran de la misma forma, pero se conocen, tienen memoria y no se pueden borrar las huellas. Son como pequeñas piezas de un puzzle que se desarmó pero que en su momento supieron encajar, como dos caminos que se separaron y tomaron rutas diferentes.
Es un claro recordatorio de esos que mes a mes recuerdas tal fecha, de esos que son imposibles de olvidar y tienes que aprender a convivir con ellos. Se sigue adelante, se perdona pero jamas se olvida, tu que estas leyendo, sabes bien que la memoria del alma no se puede borrar. No se borran, ni se borrarán
¿Se escriben nuevas paginas?
Si claro
¿Se siente amor otra vez?
También
Pero las historias quedan y quedarán, porque dos llamas que ardieron juntas se van a reconocer siempre entre las demás, porque yo creo que el verdadero amor deja marcas que solo quienes lo pudieron sentir y se amaron lo pueden ver.
Tranquilo, que se puede apreciar ciertos hogares del pasado sin querer volver.