Una mañana más me levanto con este recital de sentimientos, me subo a mi bicicleta por que siento que cada madrugada es mi única amiga y voy en ella por estas calles tan solitarias hasta llegar a mi destino. Me gustaba cuando bebíamos de ese vino tan dulce como tus besos, te parabas, fumabas un cigarro y me mirabas por la ventana, tengo noches en las que me sigo acostando y me desangro en soledad, tengo otras que la luna me llama y me obliga a salir a conocer otras luces. Aún sigo luchando contra mis demonios en mis sueños y te cuento que no se me es nada fácil, te sigo buscando en distintos portales y no te encuentro debería tomarlo como buena señal.
Cuando siento que todo está perdido, solo busco gestos de amor para acobijarme, estar unos minutos al sol, salir a tomar solo, a veces solo me gustaría despertarme de este mal sueño, aún sigo con mi espada y mi armadura para parar al destino. Esta más que claro que rendirme contigo nunca estuvo en mis planes pero uno no puede decidir en ciertas ocasiones, necesito atravesarme por completo, sacar ciertos recuerdos que aún me agobian y ciegan mis sentimientos. Te escribo como rehabilitado al juntar la cuchara.
Todavía no sé cómo pude superar gran parte del miedo, tristeza y dolor. El dolor y el amor siempre son culpables, las personas lastiman y por momentos no me sirven las cartas, la música ni hacer ejercicio. Cada día que pasa me van a quedar menos palabras, menos sentimientos, menos recuerdos. Ya deje de fumar, pero todavía sigo bebiendo y es uno de mis pasatiempos buscando hogares que nunca se van a parecer al tuyo.
Y como mi último gesto de amor, le pedí al karma que no te la cobrara.